Este es el testimonio real de lo que puede lograrse cuando se alcanza la fe en el corazón.
María se encontraba en un estado de estrés tan alto que afectaba su salud, se le paralizaba la cara y perdía la sensibilidad temporalmente. Se dio cuenta que estaba empeorando cada día y si no hacía algo para remediarlo, podía llegar algo grave, como una parálisis facial. Conocía los mensajes de los ángeles de Magio, así que decidió preguntarle a su ángel si era conveniente para ella pedir un permiso no remunerado en su trabajo, que le permitiera
descansar y recuperar su paz interior y su salud. María no tomaba esta decisión por su cuenta, por todos los gastos en los que incurriría, considerando que en su casa el único ingreso existente es el de ella. Cuando solicitó la cita para el mensaje con el ángel solo tenía en mente quedarse
en su casa y disfrutar de un tiempo de descanso.
El día de la cita, durante la conversación con su ángel, le presentó algunas inquietudes relacionadas con las posibles consecuencias de descansar al menos tres meses sin salario, sabiendo que tenía que pagar los gastos de su casa, salud y demás
deudas. El ángel, con ese amor que desborda hacia ella siempre, le dijo que no se preocupara que Dios le iba a dar lo que necesitaba para poder sanar y que por la parte financiera, tampoco se angustiara. Adicionalmente, le mencionó que no debía preocuparse por la pensión, que no se vería afectada en nada por ello. Esa era una de sus grandes preocupaciones, que no había mencionado siquiera a su ángel, por lo cual fue una sorpresa cuando se lo dijo. De otra parte, le sugirió también que no debía quedarse en casa durante
ese tiempo, sino que sería mejor viajar fuera del país. María salió de la consulta con total incertidumbre, pero con la fe en su corazón y, considerando su estado de salud, comenzó a realizar los trámites necesarios.
En primer lugar, decidió irse para donde una hermana que vive en otro país. Para hacerlo, debía dejar pagos con anticipación la salud y la pensión del tiempo que iba a estar ausente. Lo hizo reuniendo el dinero necesario, con el salario del
mes anterior y unos ahorros que tenía. Sin embargo, se fue con la inquietud de no tener con qué subsistir a su regreso.
Tal era el grado de estrés en que venía, que durante sus vacaciones, María salía a caminar todos los días y en realidad era como si estuviera corriendo todo el tiempo, aunque sin rumbo fijo. Un mes después, en uno de sus recorridos a toda prisa y sin dirección, se paró al final de una calle. En ese instante se dio cuenta que su vida estaba exactamente igual, en un acelere tan alto, que el tiempo se le pasaba sin darse cuenta de lo que hacía. En esa esquina en la que se detuvo, su vida dio un giro y todo cambió. Le agradeció a su ángel y a Dios por todo el cuidado y la ayuda
que le habían dado.
Al finalizar ese primer mes de viaje, para su gran sorpresa, le habían pagado su salario completo, aun cuando solo
había trabajado 15 días. Por supuesto, María informó a la empresa, pero no le respondieron nada. Al siguiente mes, recibió el retroactivo del incremento del salario, el cual no tenía presente, lo había olvidado. Y al tercer mes, recibió el salario de sus vacaciones. ¡No lo podía
creer! Era la prueba de que Dios le había dado la parte financiera que necesitaba, tal como le había prometido. Eso sí, lo que pagaron de más ya se lo habían descontado, pero no lo necesitaba.
Hoy en día, María sigue dando gracias por el milagro y por todo el cuidado y la protección que aún le brindan. Ya no duda de nada que sea con DIOS, los Arcángeles,
la Virgen María y el hermano Jesús, junto con todos los seres de luz. Hoy su fe es incondicional y el amor por ellos se incrementó aún más.