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Perro guardián

Hay tantas maneras posibles en que un ángel se manifiesta.


Mariana tiene un sueño muy extraño. Ella está dormida dentro del mismo sueño, y su perro, aunque ella no tiene perro, se le sube en la cama y le hala las cobijas, con la clara intención de despertarla. Ella le arrebata la cobija de la boca de un jalón, cuando se da la vuelta para seguir durmiendo. El perro, que extrañamente se le hace muy familiar, pero no lo reconoce… insiste en hacerla levantar de la cama y ella insiste en negarse. ¡Solo quiere dormir!

El perro comienza a ladrar tan fuerte, que ella por evitar que despierte a su esposo que duerme a su lado y a sus hijos, que bastante trabajo suelen darle para irse a la cama, decide seguirlo. Va tras él, viéndolo menear la cola con entusiasmo, sin entender el porqué, pero al fin y al cabo es tan solo un sueño. De repente, lo asocia con su ángel de la guarda y en plena ensoñación se ríe para sí misma, cuando piensa «mi perro guardián». El animal la lleva hasta al lado de un mueble que tiene en la sala de su casa y ese sí está allí en la realidad. Ahora sí que menos, entiende el para qué. 



No dura mucho más la historia, cuando ya el sueño se ha convertido en otra cosa que no logra recordar al otro día, cuando se levanta… ¡El sueño del perro guardián no lo olvida! Y al pasar por el mueble de la sala de camino a la cocina, se detiene con curiosidad y lo mira con detenimiento. Sin saber por qué, se agacha y descubre, justo allí, las llaves que había perdido un par de días atrás y que estaba muy preocupada de no poder encontrar.


Sí. Ahora lo recuerda: en medio de la angustia alcanzó a pedir ayuda para poder encontrarlas a su ángel de la guarda… ¿o acaso será perro guardián?
Fotos de: Antonio moreno y Derly chaparro.

* Las historias están basadas en hechos reales, sin embargo, algunos detalles, nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.

Ayuda sobre seguro

El Cielo siempre tiene buena disposición para trabajar cuando se lo piden y hasta para ponerle a todo, un poco de humor.


Claudia es una joven muy trabajadora, que se desempeña como vendedora de seguros. Ella conoce a su ángel de la guarda a través del Mensaje del Ángel de Magio y viene desarrollado una estrecha relación con él. 

Tiene un importante evento familiar un sábado. Es una ocasión especial que reunirá a toda la familia y llegarán miembros de todas partes del país y de afuera. Claudia no quiere ir a trabajar ese día, para ayudar a organizar y tener tiempo de ponerse linda. Todo está perfectamente planeado, solo hay un pequeño inconveniente: no ha alcanzado la cuota de ventas de la semana. De no cumplirla, se verá obligada a asistir al trabajo el día del evento. El tiempo corre en su contra, termina el jueves y sigue sin vender lo estipulado. Está empezando a desanimarse, pero reacciona y decide pedir ayuda. Convoca a su ángel de la guarda, al Cielo en pleno y los pone a trabajar. Les dice que necesitaba cumplir la cuota antes de terminar el día. Como no está segura de haber sido atendida, pide una señal a su ángel. Al medio día, al salir a almorzar, ve una libélula. ¡Su pedido ha sido atendido! El insecto es la señal con la que ella sabe que su ángel se manifiesta.

Al regresar a trabajar, en la tarde, logra no solo alcanzar la cuota, sino superarla. Está feliz, porque ahora puede contar con su sábado libre para asistir al evento. Aunque lo que más le llama la atención es que los compradores de los seguros tienen nombres como: Ángel María, Rafael, Manuel Ángel, Gabriel y hasta Miguel Arcángel Pérez, que es con quien logra la cuota de ventas. 



* Las historias están basadas en hechos reales, sin embargo, algunos detalles, nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.