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¿Un ángel? Por: Martha Hidalgo Fernández

Yo tengo 56 años y esto sucedió cuando tenía alrededor de 21 años y estudiaba Licenciatura en Educación Integral mención Lengua y Literatura, en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez de acá, mi país, Venezuela. En realidad, le sucedió a una compañera mía, la recuerdo bien, era muy dulce, amable, estudiosa y, cuando la vi la última vez, muy cariñosa como siempre.

Debíamos reunirnos una tarde para hacer una investigación para un trabajo de Literatura Infantil en la biblioteca de la Universidad. Ella atravesaba un momento familiar difícil, su mamá estaba enferma y su papá había perdido su empleo. Estaba muy preocupada, pues tenía también hermanos pequeños. Nos contó, en esa oportunidad, que había ido al centro de mi ciudad, Ciudad Bolívar, donde vivo, y que estaba parada frente a la vitrina de una tienda, observaba una blusa que le gustaba mucho, cuando se le acerca un joven de aspecto extranjero, era alto, de muy buen porte y con ropa extraña. Él le comenta que ella no puede comprar esa blusa, porque solo dispone de cierta cantidad de dinero en su bolso. Ella le dice sorprendida que eso es cierto y le pregunta cómo lo sabe. El joven le contesta que sabe muchas cosas de ella, como la enfermedad de su madre, la pérdida del trabajo de su padre, entre otras cosas, todas ciertas.

El joven le inspira confianza y empiezan a caminar por lo que aquí se llama Paseo Orinoco, donde está nuestro ‘Río Padre’ Orinoco. Él le dice que no se preocupe porque todo va a estar bien y todo se va a resolver, mientras camina a su lado. Este espacio del Paseo Orinoco es un poco estrecho, aunque es un área comercial, y en eso, ella observa a una amiga suya que viene frente a ella y se encuentran. Su amiga le pregunta qué le pasa, por qué habla sola y, además, mueve las manos como si conversara con alguien más. En ese instante Yesenia se percata de que el joven ya no está junto a ella y le explica a su amiga que venía conversando con un joven. La amiga le asegura que la venía viendo desde hace rato y venía hablando sola, nunca vio a nadie a su lado.

 

Yo creo que era un Ángel Hermoso. Siempre están a nuestro lado ayudando, acompañando, guiando y protegiendo. Dios en su infinita Misericordia nos envía estos Mágicos Seres tan Hermosos a acompañarnos. Solo hay que Abrir el corazón para conectar con ellos.


*Foto tomada de Internet, puede estar sujeta a derechos.