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'Señor muéstrame las señales y que yo las vea' - Por: Carolina Franco

 'Me mostraron las señales, las vi y las entendí.'

En enero de 2022, después de casi dos años de pandemia, me lancé a viajar a Santa Marta. Iba en el viaje sola y tenía un poco de miedo de volver a salir de casa después del aislamiento. Le pedí a Dios y a los ángeles que fueran de paseo conmigo y que me mostraran señales para tomar las mejores decisiones en el viaje. Cada día me mostraron las señales de forma perfecta. 

Solo, a manera de ejemplo, un día decidí irme al Parque Tayrona. Me decían que había tres alternativas: La primera, por tierra, yendo sola, tomando un bus público a las 6 am y caminando 3 horas desde un punto de la entrada del Parque, hasta la playa que quería. Esta opción era la más económica. La segunda opción, era irme en un tour privado, que me recogía en el hotel a las 5 am y también implicaba una caminata de 3 horas hasta la playa que quería. Esta era mucho más costosa y significaba madrugar, lo que casi no me gusta.  La tercera opción era en lancha, tomando un bus hasta Taganga (15 minutos) y ahí se contrataba la lancha que, en una hora, me llevaba a la playa que quería. Costaba lo mismo que el tour privado y no debía madrugar, porque salían solo desde las 10 am.  Así que, al revisar las alternativas, la tercera era la mejor para mí.

Taganga

Cuando llegué a Taganga había como 10 empresas que se acercaron a ofrecerme el tour. En ese momento dije: "Muéstrenme". Una señora se me acerca y me dice: "Señorita, estamos por salir, es la lancha que ve allá” y me señala una lancha con nombre: “Nory Ángel". Así de claro supe, ¡esa es!

 
La lancha elegida.


La playa era hermosa, me habían dicho que estaba repleta y el día que fui estaba casi vacía. 



De regreso, el lanchero que me traía me dice: "Señorita, estamos atentos para avisarle cuando nos vayamos a devolver. La lancha en la que vino, se va a regresar más temprano, así que para que pueda disfrutar más tiempo, nosotros nos regresamos una hora después en la lancha: Arcángel Uriel."

De regreso.

El viaje fue perfecto. Todo el tiempo aparecieron ángeles en la tierra que también me cuidaban. 

¡Me mostraron las señales, las vi y las entendí! 

Gracias al Cielo, por su acompañamiento.