Una estudiante joven y tierna le hace una petición a su ángel de la guarda. Quiere tener la certeza de que él está junto a ella y le dice: «Quiero que te presentes siempre en forma de corazón.»
Desde entonces los corazones adquieren una especial
importancia en su vida y, claro, los ve en todas partes. No solo en las vitrinas
de los almacenes, joyerías o en tiendas de ropa para niñas; los ve en la forma de
los charcos, en las nubes o en una mancha cualquiera.
Una noche, cuando regresa de la universidad algo tarde, le
pide a su ángel que la acompañe y la proteja. Se apresura por las calles
solitarias hasta llegar a su edificio. Aliviada, sube hasta su apartamento y
cuando abre la puerta, ve reflejado en el piso un corazón enorme, que la deja
perpleja.
Voltea a mirar a la luz del corredor, sin comprender el
origen, no hay nada distinto en la lámpara que genere ese reflejo. Pero, es
diciembre y en casa siempre, desde el primero, arman la navidad. En la puerta
hay una corona, con un Papá Noel en medio y la forma de las piernas del muñeco,
son las que reflejan en el piso la sombra de un enorme corazón.
Ella lo sabe, esto no es más que la confirmación de que su ángel de la guarda estuvo, está y estará a su lado.
* Las historias están basadas en hechos reales, sin embargo, algunos detalles, nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.
* Las historias están basadas en hechos reales, sin embargo, algunos detalles, nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.