Recordar cuando recibí la primera carta de mi ángel siempre me saca una sonrisa y un profundo suspiro.
La primera carta la recibí el 22 de noviembre de 2008,
recuerdo que un par de meses antes de ir a recibirla, en el apartamento donde
vivía, un día al levantarme en la ducha del baño encontré pegada a la pared una
hermosa libélula. Al principio me asusté y traté de sacarla, pero finalmente
sentí que no iba a hacerme daño y simplemente la dejé allí, aunque me pareció
extraño que estuviera dentro de la casa. Posteriormente, como 15 días después,
apareció otra en la tapa de la lavadora esa estaba muerta, pero era igual de
bonita, azul.
Cuando
llegué a recibir la carta de mi ángel me pareció muy curioso que en el apartamento
donde vivían Giovana y Mauricio (Por la calle 80) en la pared de la sala estaba
dibujada una libélula… Yo estaba bastante cargada con distintos temas y casi no
pude preguntar de qué se trataba, pero Mauricio muy amablemente me ayudó con lo
que el llamó “Un abrebocas de lo que sería una terapía de perdón” fue una
experiencia muy bonita, me dejó gratamente sorprendida y al terminar sellamos
la terapia con ese abrazo único, de esos que te envuelve el alma, mientras
Giovanna escribía mi carta.
Al
leer cada palabra me llenaba de emoción, rodaban algunas lágrimas por mis
mejillas y no lograba entender cómo con solo mi nombre y mi edad, lograba
hablarme como si me conocieran de toda la vida. Luego de eso, Mauricio me
explicó que al ángel le gustaba jugar y que se manifestaba con un santo y seña,
que yo fijé con él en ese mismo momento: las libélulas. Sentí que fue la forma
de manifestarse, incluso antes de recibir mi primera carta, por supuesto me
dijo su nombre: “Soy tu ángel y amigo del cielo Emmanuel”.
Desde
de esa primera carta han pasado 11 años y yo empecé a sentir su presencia, a
hablarle mentalmente o en voz alta. Las libélulas, como esperaba, se hicieron
parte de la vida cotidiana. De hace un tiempo para acá se han puesto de moda en
aretes, collares, camisas etc. Sus manifestaciones han sido muchas, muy
especiales y le han dado un maravilloso giro a mi vida con la ayuda de toda la Corte
Celestial.
Gracias
por abrir este espacio, porque hay muchas historias por contar…
Próximamente Libélulas II