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LOS ÁNGELES NOS AYUDAN Y NOS CUIDAN Por: Marianela Catalán

Este invierno 2024 fue muy frío. Un día me enfermé del estómago y me sentía muy mal. Al acostarme me puse un "guatero" (que es como le decimos en Chile a las bolsas de goma con agua caliente), pero estaba tiritando de frío igual y dije en voz alta: "Necesito un apapacho".

Como tenía tanto frío pasaba el guatero desde mis pies hacia mi estómago en forma alternativa. Me sentía tan mal que no podía dormir. Apagué la luz de mi lámpara y me tapé hasta la cabeza con la ropa de cama y seguí pasando el guatero desde mis pies hacia mi estómago. Estaba en eso cuando de repente levantaron las tapas de la cama y vi luz y me pasaron un guatero. Yo dije: "¡Gracias! necesitaba un segundo guatero". Entonces puse un guatero en mis pies y el segundo en mi estómago y así me quedé dormida. 

Un par de horas después desperté para ir al baño, pero sintiéndome mucho mejor. Empecé a buscar a tientas el segundo guatero, pero no estaba. Entonces tomé consciencia del hecho... ¿quién me pasó el guatero? Yo estaba despierta, así que no fue un sueño. Y tenía la lámpara apagada, pero al pasarme el guatero había luz. Mi conclusión es que los Seres de Luz me ayudaron y me dieron un gran "apapacho" esa noche.




  

LAS PUERTAS DEL CIELO Por: Martha Hidalgo

Mi hijo es un hombre de 32 años y vive en otro país, pero él siempre recuerda una historia muy bonita que vivió cuando tenía apenas 6 años.

Nuestra casa queda cerca del hospital principal de la ciudad y tiene una especie de muro bajo, hacia afuera queda el patio, que es muy grande y desde allí se ve el cielo totalmente.

Eran eso de las 7 de la noche y llovía, pero una lluvia suave, aunque había una fuerte tormenta eléctrica. Mi hijo estaba adentro jugando con un carrito, parado en el muro, mientras yo estaba en la cocina preparando la cena con mi madre. De repente, él llega corriendo y nos dice emocionado que una puerta se abrió en el cielo y vio salir un ángel.

Cuando le preguntamos más detalles nos contó que era una puerta muy grande como de madera que se abrió en el cielo y un ángel con una larga túnica blanca salió rumbo al hospital. 


Foto: Tomada Freepik - VuSang


MI FAMILIA Por: Martha Hidalgo

 Yo tengo muchas historias que contar aquí, ya he compartido varias de ellas y quizá algunos se pregunten el porqué.

En mi familia tenemos el privilegio de haber tenido muchas experiencias espirituales. Creo que ha sido la forma de crianza, porque mi abuela nos enseñó a ser valientes en esa parte espiritual muy profunda. Así también mi mamá y yo, ahora con mis hijos y mis nietos, que hablan de los ángeles con naturalidad y hasta los más pequeños saben orar y también hacen meditación, porque les hemos enseñado.



EL TIEMPO DE LOS DESEOS Por: Pilar

Esta es una historia que me enseñó que los tiempos del Cielo, son distintos a los nuestros. Nosotros queremos que todo sea ya, pero para los ángeles los tiempos son cuando tienen que ser.

En el año 2020, en plena pandemia, aunque ya se podía salir, fui a visitar a una amiga que había pasado por la Covid. Como yo vendo productos naturales, fui a contemplarla y a echarle ´menjurjes’ para que se sintiera mejor.

Llegué a la unidad donde ella vivía y me perdí, porque era muy grande, abierta y llena de árboles. En medio de la búsqueda, miré el entorno y me dije: “Yo quiero vivir acá”. Estaba pasando por una situación económica difícil por el confinamiento, el negocio se vino abajo y eso implicaba vender el apartamento que estaba pagando con crédito hipotecario, las cuotas estaban muy altas y se volvieron un martirio. Sin embargo, insistí: “Yo quiero vivir acá”.

Por fin encontré el apartamento de mi amiga, la atendí y de regreso hacia mi casa, yo, con toda la fuerza que salía desde mi útero – ahí sentía ese deseo- y que subía hasta mi corazón, le dije a los ángeles: “Yo quiero vivir acá, angelitos, ayúdenme, yo quiero vivir acá. Quiero que se venda el otro apartamento y que me lo paguen bien, con la plata que me quede después de pagar la deuda, pueda comprar un apartamento acá. Yo quiero, yo quiero, yo quiero…” Así me fui todo el camino, el semáforo se ponía en rojo y yo cerraba los ojos para pedir y lo hacía con una fe impresionante. ¡A veces trato de acordarme de esa fe para otros deseos que tengo y… risas!

Pasó todo un año y nada, pasó otro año más, la deuda seguía creciendo y sacar adelante la empresa no era sencillo. Hasta que, un día, todo se organizó. Apareció el comprador para el apartamento, que lo necesitaba y pagó por él lo que consideramos justo. Saldamos la deuda y nos quedó la plata suficiente para comprar otro apartamento sin tener que endeudarnos más. El día que ya el negocio se cerró, nos fuimos a la unidad a buscar un apartamento que, además, fuera en un último piso, en una zona poco transitada, rodeado de árboles y muy tranquilo. Sabíamos que encontrar un apartamento disponible en esa unidad ya, de por sí, era muy difícil, porque son muy buscados y tan pronto desocupan uno, lo toman de inmediato.  Ahora, encontrarlo tal como lo queríamos, pues, podía ser todo un reto.

Así que madrugamos, mi esposo y yo, y nos fuimos para allá. Por el camino íbamos cruzando los dedos, pero lo más lindo es que el primero que vimos, ese fue. Se presentaron todas las circunstancias necesarias para que pudiéramos vivir en el lugar que yo había soñado.

Hoy miro en retrospectiva y es como si los angelitos me lo estuvieran guardando. En este momento estoy viviendo feliz en ese apartamento.




TAN CERCA DE MÍ Por: Martha Hidalgo

 A inicios del año 2021 yo empecé a poner música para llamar hadas y ángeles, pues por esos días podía quedarme en casa y me la pasaba oyendo esa música.

Un día de mediados de enero, era un miércoles recuerdo, puse la música hasta las 11 de la noche y cuando apagué el computador y las luces de la habitación, por la ventana que da a la calle vi entrar un pequeño haz de luz.

Me fui a dormir, pero no conseguía conciliar el sueño, mientras mi esposo dormía profundo a mi lado. Me levanté y cuando me dirigía hacia el baño, empecé a ver puntos de luz y franjas a mi alrededor y lo que pensé fue que debía ir al oftalmólogo, pues mi vista estaba mal. Luego, me devolví a la cama, pero, en vez de acostarme, me senté y pude sentir una fuerza mayor que me hizo mirar hacia el frente y ahí estaba, en la esquina de mi cama, un ser con algo metálico y con un halo dorado, una especie de escarcha que brillaba a su alrededor. No vi su rostro, sólo estaba ahí mirando y se quedó unos segundos antes de desaparecer.

Yo quedé petrificada, incapaz de reaccionar, pero esta experiencia fue impresionante, de verdad, poder ver este ser tan cerca de mí.




UN TENDIDO BLANCO Por: ERALMOR

Tras asistir a una cita en MAGIO ÁNGELES  me recomendaron hacerme un Tendido blanco.

El Tendido blanco es una forma de preparación espiritual para la visita de los médicos celestiales en la que damos el permiso necesario para que nos ayuden. 

Es un ritual que se llama así porque se debe dejar sobre la cama una sábana blanca y en la mesa de noche, sobre una carpeta también blanca, una aguja enhebrada, una mota de algodón, una jeringa vacía y lista para su uso, un bisturí, alcohol y una jarra de agua. No se requiere nada más que ir a dormir y así lo hice.

Al otro día, me despierto asombrada y feliz. ¡La jeringa apareció con líquido!


Foto de la autora


SEÑALES Por: Nuhrma Montalvo

Soy de Tamaulipas, México y, hace unos años, al trascender mi madre, comencé a recibir muchas señales del Cielo, literalmente del Cielo… Bastaba una tarde cualquiera para levantar la mirada y encontrarme con ellas, así:







FOTOS NUHRMA MONTALVO